CORTO
(PARTE I)
Un ramo olvidado es ubicado en un mesón
al fondo en el amplio y lujosos salón de fiestas, que según Coolmagazín, es la
más prestigiosa de la ciudad, un joven de nombre Yorgelson desde su mesa observa el despliegue contratado,
mesoneros, operador de barra, bar tender, anfitriona de protocolo y
coordinador de servicio, todo en pro a un gran evento, la fiesta de fin de año
de los Landaheta, donde la crema y nata de
la sociedad hizo acto de presencia, hecho que da por sentado que es más una
actividad corporativa que
una celebración familiar, esto no impedía que la juventud asistente, tomara las
riendas de su propio entretenimiento, ayudado con la música dominando lo que
parecía una estirada fiesta, inspirando a más de
uno con su mejor bailable, destaca entre todos un joven de contextura fuerte,
alto y atractivo, dicho joven atrae la atención a más de uno con su esbelta y
muy bella compañera de pista, Yorgelson como espectador se acerca lo
suficiente, pero sin estorbar.
¾
¿Por qué no
has saludado?, — Habla
un hombre alto, cabello canoso y elegante porte.
¾
¡Padre! — Brinca
el joven, luego de escuchar la grave voz del hombre a su lado, —Perdóname
estaba, — Le
responde a su progenitor que toma de un mesonero a su derecha dos copas, una
para él y la otra para su hijo, chocando las puntas y sorber un poco de lo que
parecía champaña.
¾
Estarás
conmigo este fin de semana, — Acota como
un hecho el hombre, — Debes
decírselo a tu madre.
¾
Ella lo sabe.
¾
Te ves bien, — Expresa
en seca tonalidad, detallando a un chico ya crecido, por algunos centímetros
desde la última visita al país, portando un traje casual pero de
colores neutros y estilizados contrastes.
¾
Gracias
padre.
¾
En cambio…, — Señala
con un gesto hacia aquel a quien le hicieron espacio, para apreciar su
espectáculo.
El hombre emitía un aura
de censura radiactiva, aunque quiso simular, su expresión lo delataba, al estar
en contra del sobrino de su socio y amigo de años de su ex esposa, para él
tener que soportar la forma en que se manifestaba a través de su imagen y
manera de ser, ha sido un tema de disputa entre él y su hijo, cada vez que una
llamada telefónica, facebook, instagram o vídeo chat se presentaba,
consecuencia de las múltiples críticas y la mala influencia que podía aportar para
el carácter de su primogénito, por lo menos en esta ocasión no debe lidiar, con
esos blue jeans desgarrados, camisas negras, cabello de puntas, descubiertos
tatuajes en los antebrazos y zapatos de colores explosivos.
¾
Ese chico
Jackson…, — Expele
luego de unos minutos de silencio incomodo, — ¿Aun
son amigos?
¾
Si.
¾
¿A pesar de
todos los problemas en que te postula?.
¾
Si, padre…,
aun así.
¾
¿Cómo Amalia
puede consentir esta clase de influencia negativa?
¾
¿A qué te
refieres con influencia negativa?
¾
No tienes
idea de lo que escuchado…, una estrafalaria y escandalosa pregona de su estilo
de vida, — Manifiesta
con desprecio impreso en su voz.
¾
Puedes dejar
de hablar en clave.
¾
Le confesó a
sus padres que es homosexual.
¾
Baja la voz, — Expele
ajustando sus anteojos sobre su punteada nariz llena de pecas, ocultando un
piercing al final de la ceja izquierda.
¾
¿Lo sabías?,
¾
Nuestros
compañeros de clase, no..., así que no lo menciones.
El hombre observa como
un grupo de jóvenes, integrados por varios hombres y mujeres de unos 17 y 18
años lo vitoreaban, exponiendo una popularidad del que era dueño, por ser él
tres veces campeón de lucha del instituto.
¾
Tranquilo…,
no me interesa exponer a quien será merecedor de un triste destino.
Yorgelson, se le estaban
subiendo los colores al rostro, por ese cumulo de palabras de mala ensaña,
englobando que Jackson por ser gay iba en una carrera de promiscuidad y alguna
enfermedad venérea.
¾
Su padre
asevera que es una fase…, solo quiere llamar la atención.
¾
¿Cómo puedes
decir tantas incoherencias?.
¾
¿Incoherencias? — Repite en un
agresivo tono que repentinamente disminuye, para jovialmente
continuar, — Creo que su
padre tenía razón.
Yorgelson se da la
vuelta y la joven que tenía como pareja le aplicaba un apasionado beso.
¾
Debí suponer
que no se resistiría a una chica linda.
¾
Ella no…, — Es lo
único que logra emitir en un hilo de voz, luego de sentir que su mundo se
derrumbaba, la persona de quien ha estado enamorado desde hace mucho, tocaba
los labios de alguien más.
Las mejillas se le
encendieron, por una ira incontrolable que se apoderaba tanto de su conciencia
como de su inconsciencia, entonces agita con violencia la copa que no terminó
de beber, siendo el propulsor que lo llevo hacia la pareja que era aclamada,
tres chicos del equipo de lucha son apartados por un delgado pero alto joven,
que toma del brazo a la chica separándole de su amigo.
¾
¿Acaso estás
loca…? — Grita
en tonante voz atrayendo la atención de los presentes.
¾
¡Yorgelson! — Brama la
joven en respuesta a la sorpresiva separación.
¾
La polémica
obligó al Diyey detener la música,
evidenciando lo que parecía una disputa entre pareja.
¾
Debes delirar sí crees que un
beso puede curarle…, — Divisando
el alrededor indica — Lo haces
delante de todos… ¿Qué maldita cosa quieres demostrar?
¾
¡Yorgelson!, — Le
nombra la mujer vestida de blanco con encajes.
¾
Lo siento
madre… ¡me largo de aquí!
¾
¡Espera! — Habla
en esta ocasión el joven Jackson, que a tres pasos de ir tras de su amigo, le
toma por el hombro.
Yorgelson logra
liberarse, a cambio de un gancho derecho que colisiona en el labio izquierdo de
su amigo, tirándolo al suelo.
¾
¡Detente!, — Brama
la chica, que se arrodilla a un lado de Jackson, para auxiliarlo, — ¿Qué
demonios pasa contigo?
¾ ¿Por qué insistes? ¡es inútil!, — Y señalando
al joven que aun no se levantaba del suelo expone en una sola ráfaga de
histeria, — ¡ES
HOMOSEXUAL! ¡ Jackson no te pertenece!.
Yorgelson en medio del
salón, en un torbellino de miradas, bullicio y risas, sujeta la camisa de su
amigo, lo hala hacia él y le incrusta un beso, en que introduce tan
profundamente la lengua que casi lo ahoga, entonces la rígida voz de su padre
le da esa luz de lucidez que había perdido, entonces la respiración se le
acorta, la voz pudo rebatir todo como un error, su propio secreto
que ha mantenido hasta hoy, fue revelado a voces, libera a su amigo, retrocede
unos pasos y luego de mirar a su madre, los invitados y el repudio impreso en
la cara de su padre, gira para salir corriendo del amplio salón hacia la
piscina externa, perdiéndose entre el iluminado jardín.
Continuará…
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